Beneficios

Para conocer el efectivo funcionamiento del sistema E-bus, se realizaron pruebas con líneas de autobús de mayor afluencia de usuarios y con más tráfico de la ciudad, donde el 90 % del recorrido es por vías reguladas por semáforos en casi todas sus intersecciones y prácticamente sin carril exclusivo, con el sistema activado y desactivado.

 

Tras la finalización de las pruebas del estudio se puede observar una mejoría en el transporte público, en el tráfico y en la ciudad en general.

SIN el sistema E-BUS

Sin e-bus los usuarios tenían un tiempo estimado de espera de 15 minutos y el autobús tardaba más o menos dependiendo en las incidencias del recorrido ya que el tráfico le impedía ir a una velocidad constante mayor que los 11km/h.

CON el sistema E-BUS

Una vez puesto en marcha, se observó una mejora en la velocidad del recorrido llegando a incrementos hasta del 15% de la velocidad comercial, disminuyendo así el tiempo que tardó el autobús en realizar el recorrido entero. Se mejoró la fluidez en el tráfico y los usuarios tuvieron un tiempo de espera entorno a los 12 minutos.

SIN el sistema E-BUS

Sin e-bus los usuarios tenían un tiempo estimado de espera de 15 minutos y el autobús tardaba más o menos dependiendo en las incidencias del recorrido ya que el tráfico le impedía ir a una velocidad constante mayor que los 11km/h.

CON el sistema E-BUS

Una vez puesto en marcha, se observó una mejora en la velocidad del recorrido llegando a los 12km/h, disminuyendo así el tiempo que tardó el autobús en realizar el recorrido entero. Se mejoró la fluidez del tráfico y los usuarios tuvieron un tiempo de espera menor a 15 minutos.

Resultados

Las mejoras en la conducción y el aprovechamiento mayor de la conducción en inercia, así como, la diminución de los tiempos de espera, hacen que el consumo se reduzca entorno al 8%, y como consecuencia una disminución notable en las emisiones de CO2 a la Atmosfera, todo ello supone un gran ahorro económico (menos horas de conducción, menor consumo de combustible, mantenimiento, etc..).

 

La reducción de paradas no necesarias (en semáforos) y la mejora de la continuidad en los recorridos generan en los pasajeros un mayor confort en el viaje que repercute directamente en la satisfacción del cliente.

 

Como consecuencia de todo ello, mejora en la velocidad de recorrido, disminución de tiempos de espera, mejoras en la conducción y en el confort de viaje, así como, en una reducción de costes (que repercuten directamente en las tarifas a aplicar), hacen que la imagen del servicio de transporte frente a los usuarios potenciales mejore sustancialmente.

 

Todos estos parámetros son trasferibles a otros servicios públicos que utilizan rutas para su desempeño.