Resultados
Las mejoras en la conducción y el aprovechamiento mayor de la conducción en inercia, así como, la diminución de los tiempos de espera, hacen que el consumo se reduzca entorno al 8%, y como consecuencia una disminución notable en las emisiones de CO2 a la Atmosfera, todo ello supone un gran ahorro económico (menos horas de conducción, menor consumo de combustible, mantenimiento, etc..).
La reducción de paradas no necesarias (en semáforos) y la mejora de la continuidad en los recorridos generan en los pasajeros un mayor confort en el viaje que repercute directamente en la satisfacción del cliente.
Como consecuencia de todo ello, mejora en la velocidad de recorrido, disminución de tiempos de espera, mejoras en la conducción y en el confort de viaje, así como, en una reducción de costes (que repercuten directamente en las tarifas a aplicar), hacen que la imagen del servicio de transporte frente a los usuarios potenciales mejore sustancialmente.
Todos estos parámetros son trasferibles a otros servicios públicos que utilizan rutas para su desempeño.